Las empresas están en constante cambio, ya sea que haya cambios debido al entorno en el que se encuentran, o debido a que llegan nuevos mandos y traen una serie de modificaciones a implementar, nuevas exigencias, reestructuran, movimientos de personal, etc. Aunado a esto, siempre tenemos esa inseguridad y miedo para algunos, del recorte o despido. Ya que al ser empleados, hay situaciones en las que no tenemos control alguno, o bien, no depende de nosotros. Y esto, para aquellas personas que no saben dominar el sentimiento de querer controlar lo incontrolable, representa una dosis más fuerte de estrés y ansiedad. No digo que sea malo no tener estas habilidades, todos reaccionamos de distinta manera a estas situaciones. Cuando aún no hemos pasado por una experiencia similar y aprendida la lección, es difícil manejarlo perfectamente la primera vez. Al ser empleados debemos dar lo mejor de nosotros mismos, pero a la vez, debemos trabajar con la filosofía “que todo fluya”. Esto no
Cascadeo de objetivos Me atrevo a decir que es bastante notorio cuando las empresas no manejan el cascadeo de objetivos. Empresas en las que no se tiene alguna planificación de objetivos, son las que solo trabajan por los números, cantidad y no calidad, siguen siendo empresas institucionales o “a la antiguua”, empresas donde el empleado no tiene voz ni voto, donde los altos mandos limitan el campo de acción a los jefes o supervisores. Entonces ¿Con que se come el famoso cascadeo de objetivos? El casacadeo de objetivos es el proceso en el que se asignan los objetivos desde el nivel superior hacia abajo. De forma que el director asigne a cada uno de los gerentes los objetivos y metas que les corresponden según su área de operación o de trabajo, a su vez los gerentes les asignan a los jefes, jefes a supervisores, supervisores a su equipo de trabajo, etc. Siempre cumpliendo con la misión, visión y valores que la misma empresa propone. Podemos ilustrarlo un poco de la siguiente ma