EMOCIONES… UNA BOMBA
DENTRO DE NOSOTROS…
En la universidad un maestro de la clase de Consultoría nos pidió que
leyéramos el libro “Inteligencia Emocional” del autor Daniel Goleman. Muchos dirán:
¿Y qué tiene que ver una clase de consultoría con la inteligencia emocional? Y yo
les diría: ¿Que no al final de cuentas trabajamos día a día con ellas en lo
profesional y personal?...
A lo que yo recuerdo el profesor nos dio esta tarea ya que en una de
las clases vimos como tienes que hacer sentir a tu cliente en confianza, siendo
sincero del problema que su organización o empresa tenga pero evitando que se
lo tome personal, sin hacerlo sentir atacado. También muchas veces los
profesionistas son atacados por el cliente, tal vez ha sido un mal día para él
o le pasa algo más que no lo tiene contento simplemente. Pero es ahí donde
entra la clave de romper con ese ambiente: no responder de la misma manera. Es
decir muchas veces estamos felices o nos sentimos en una tranquilidad absoluta
y viene alguien más y contagia su enojo, intranquilidad o negatividad. Es donde
nosotros tenemos que manejar inteligentemente las emociones al momento de
atender a nuestro cliente o darle los resultados, o saber romper con el mal
humor que esa persona trae.
¿No sería mucho mejor para las personas comprender de donde viene
todo aquello que sienten, expresan, sus impulsos, reacciones, etc.? Bueno, el
libro que les comentaba a veces parecía estar cargado de términos científicos pero
claro en la forma de explicar los procesos por los que pasaba una emoción dentro
de nuestro cuerpo. Te explican hasta técnicas para deshacerte cualquier
pensamiento negativo que pueda pasar por tu mente y salir por tu boca. Recuerdo
que hablaban sobre pausar la discusión que se tuviera con la otra persona,
despejarte o distraerte haciendo algo que te guste, después retomar el tema con
la persona en forma de plática (no para discutir de nuevo) siguiendo los puntos
a continuación:
1.
No me gustó lo que
hiciste/dijiste…
2.
Porque me hiciste sentir…
3.
Me gustaría que…
(Estos últimos tres puntos los aprendimos de otra actividad de
alguna de nuestras clases, no recuerdo cual sinceramente, pero si recuerdo bien
este método).
Tres sencillos pasos que podemos seguir sin agobiar con palabras a
la otra persona y que nos pueda entender claramente. Por eso la importancia de
saber reconocer lo que estamos sintiendo, poder expresar lo que es correcto y
actuar de forma consciente. Al final del día una reflexión de la situación más sobresaliente
que hayamos tenido durante el día no caería nada mal…
A veces me gusta imaginar las situaciones que paso pero de otra
forma, incluyendo que las personas involucradas hubieran actuado de distinta
manera o dicho cosas diferentes, igual me imagino de cual otra forma hubiera
podido yo responder a eso. Eso siempre parece ayudarme para futuras ocasiones.
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